La Unión Europea prueba su propio sistema operativo basado en Linux para sustituir Windows en el sector público. Se llama EU OS y quiere marcar un antes y un después en la soberanía tecnológica del continente.
Europa quiere dejar de depender de Microsoft. La Comisión Europea ha presentado EU OS, un nuevo sistema operativo basado en Linux que podría sustituir a Windows en administraciones públicas, colegios, universidades y empresas estatales. Aunque de momento es solo una prueba de concepto, el mensaje es claro: Europa quiere recuperar el control de su infraestructura digital.
Un Linux con acento europeo
EU OS se basa en Fedora Linux y utiliza el entorno de escritorio KDE Plasma, una combinación sólida, moderna y ya ampliamente utilizada. La idea no es imponer un único sistema monolítico, sino crear una base común con variantes adaptadas a cada sector y país. Así, un colegio en Valencia no tendrá el mismo entorno que una agencia tributaria en Berlín.
Además, EU OS no está pensado para el usuario doméstico, al menos de momento. El objetivo es ofrecer una solución robusta, flexible y segura para entornos institucionales.
La venganza se sirve en código abierto
Durante años, Europa ha intentado tímidamente reemplazar Windows, sin éxito. ¿Qué ha cambiado ahora? Básicamente, la geopolítica. Las tensiones con Estados Unidos, los aranceles de la era Trump y la creciente dependencia de tecnologías estadounidenses han hecho que la UE se tome en serio la soberanía tecnológica.
EU OS no es una ocurrencia aislada. Forma parte de un plan más amplio que incluye herramientas como Docs (la alternativa a Microsoft 365 y Google Docs) o OpenEuroLLM, el modelo de IA europeo para competir con GPT.
¿Y quién está detrás de EU OS?
Por ahora, el sistema está siendo desarrollado por una comunidad de voluntarios procedente de varios países europeos. La idea es demostrar que una migración masiva desde Windows no solo es posible, sino viable en un plazo razonable. Ellos hablan de dos años, frente a los 20 años que predicen los más escépticos.
El proyecto aún no tiene el respaldo oficial de la Comisión Europea, pero si esta fase piloto funciona, no sería raro verlo implantado como estándar en toda la administración pública europea.
¿Una utopía o el principio de algo serio?
Hay motivos para el escepticismo: ya se han visto intentos similares que acabaron en nada. Pero también hay señales de que esta vez podría ser diferente. El contexto global ha cambiado, y Europa parece más decidida que nunca a no depender de gigantes tecnológicos extranjeros para cosas tan críticas como su infraestructura pública.
Puede que EU OS no lo veamos mañana, pero es un paso claro hacia una Europa digitalmente soberana. Y si esto sale bien, Microsoft podría tener más que un dolor de cabeza.