¿El fin de la transparencia en Android? A partir de la próxima semana, Google desarrollará Android exclusivamente en sus ramas internas, dejando de compartir el proceso de desarrollo en tiempo real a través del Android Open Source Project (AOSP), como había hecho durante años.
De la apertura al hermetismo (relativo)
Durante más de una década, el desarrollo de Android fue un escaparate semipúblico: los desarrolladores podían seguir los avances de Google casi en directo gracias a AOSP. Sin embargo, en los últimos años, esa apertura se fue reduciendo. Cada vez más partes del sistema se desarrollaban en ramas privadas, y el código publicado en AOSP ya llegaba con semanas o incluso meses de retraso.
Google lo ha confirmado oficialmente a Android Authority: "todo el desarrollo de Android pasará a realizarse en ramas internas". Eso significa que el código solo se hará público cuando se publique una nueva versión estable del sistema operativo, o se lancen actualizaciones de mantenimiento.
¿Significa esto que Android deja de ser open source?
No exactamente. Android seguirá siendo un sistema operativo de código abierto, pero ya no será "desarrollado en abierto". El acceso al código fuente no desaparece, pero sí el seguimiento en tiempo real. Ya no veremos filtraciones o pistas como la mención del Pixel 10 apareciendo en un commit de AOSP, lo que también evitará interpretaciones erróneas y titulares exagerados.
¿Y en la práctica?
Para el usuario medio, este cambio será prácticamente invisible. Las actualizaciones seguirán llegando como siempre. Las apps seguirán funcionando igual. Y los fabricantes que trabajan con Android ya estaban acostumbrados a este modelo más opaco desde hace tiempo.
La única comunidad realmente afectada es la de desarrolladores avanzados y entusiastas que escudriñaban cada línea de código nuevo en AOSP para anticiparse a las novedades. Para ellos, Android pierde una ventana. Pero para Google, gana en control, evita filtraciones innecesarias y simplifica la gestión de ramas internas y públicas.
Un paso más hacia el modelo Apple
Aunque Android siga siendo técnicamente open source, cada vez se parece más a un sistema cerrado en la práctica. Este movimiento confirma la tendencia: más control, menos ruido, menos transparencia. Una decisión pragmática que algunos aplaudirán por eficiencia… y otros criticarán por alejarse del espíritu original del proyecto.