¿Te parece que todo se ve igual últimamente? No estás loco. Es la IA. O mejor dicho, es la excusa perfecta para dejar de pensar y empezar a rellenar. En el mundo del diseño digital, la creatividad ya no nace: se genera. Y el resultado es una estética rápida, predecible y sin alma. Bienvenidos a la era de la plantilla infinita.
Todo empieza a verse igual
Desde portadas de libros hasta thumbnails de YouTube, el estilo IA se ha convertido en un género en sí mismo. Fondos oníricos, luces de neón, simetría artificial, ojos que brillan como si todos los personajes estuvieran poseídos. La promesa era democratizar el diseño. El resultado: una homogeneización visual digna de una cadena de comida rápida.
Prompt ≠ talento
Describir algo con precisión no es lo mismo que imaginarlo. “Un zorro cibernético al estilo vaporwave corriendo por una ciudad distópica”. Suena cool. Pero no es creatividad: es Google con esteroides. La generación visual se basa en apilar referencias, no en romper moldes. Y cuando lo único que tienes es un prompt, todo se convierte en collage sin criterio.
Estética rápida, pensamiento lento
Las herramientas de IA prometen acelerar el proceso creativo. Lo que no dicen es que también lo vuelven superficial, derivativo y vacío. En vez de explorar ideas, nos quedamos con lo primero que “queda bonito”. Y así se construye una cultura visual de scroll infinito, donde todo llama la atención y nada deja huella.
Plantillas infinitas, ideas escasas
¿Para qué contratar un diseñador cuando puedes tirar de IA? Pues justo por eso: porque ahora todos tus competidores también lo hacen. Y lo que antes era original, ahora es ruido. El diseño generado por IA es eficiente, sí. Pero también intercambiable, efímero y sin contexto.
Lo peor: ni siquiera lo notamos. Porque estamos demasiado ocupados reposteando renders con aura mística y fondos desenfocados.
Lo que nadie te cuenta sobre esto
La IA generativa no está matando la creatividad. La está reduciendo a producto. Y lo más grave es que no se necesita censura para limitar el pensamiento creativo: basta con un botón que lo haga todo por ti. Porque cuando la estética es automática, el pensamiento crítico se vuelve opcional.
Spoiler: no deberíamos permitirlo.