Spoiler: Nada que no acabe en manos de Amazon, Google o Microsoft.
Durante años, las telcos nos vendieron que el edge computing iba a ser su gran regreso triunfal: baja latencia, servicios inteligentes, infraestructura distribuida.
La realidad: muchas han cedido la pelota, el estadio y hasta los vestuarios a terceros.
El discurso era bonito: “la red es el nuevo cloud”
La narrativa era perfecta:
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Las redes ya están desplegadas.
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Los nodos están cerca del usuario.
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El edge será la ventaja competitiva.
Pero mientras repetían eso en conferencias con luces LED y cafés de 8€, los hyperscalers ya estaban montando edge sobre las propias redes de las telco.
Telco como landlord digital: bienvenidos al Airbnb del edge
En vez de liderar, muchas operadoras han optado por convertirse en caseros del edge:
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Ceden espacio físico.
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Ofrecen conectividad.
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Y dejan que el negocio real lo gestionen terceros.
¿Ejemplo? AWS Wavelength, Azure MEC, Google Distributed Cloud.
Todos usando infraestructura telco… para vender servicios que la telco ni huele.
El edge no es un servicio: es una capa estratégica
Y aquí es donde viene el desastre:
El edge no es un producto. Es control. Es soberanía.
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Controlas el tráfico.
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Decides las reglas.
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Puedes ofrecer servicios críticos (industria, automoción, sanidad, etc.) con latencias mínimas.
Pero claro, eso exige visión, inversión… y capacidad tecnológica interna.
Tres cosas que muchas operadoras han perdido por completo.
Telefónica: la rara avis (¿o el último unicornio europeo?)
Un caso aparte lo está intentando Telefónica España, que con su apuesta por Open Gateway y su capacidad local de desarrollo, al menos intenta no ser un zombie digital.
Han entendido que la API-ficación del edge es clave.
Que hay que crear productos, no solo tuberías.
Y que no se puede ir a la guerra tecnológica alquilando armas al enemigo.
Lo que nadie te cuenta sobre esto
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Muchas telcos no saben ni qué tráfico pasa por sus nodos edge.
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El modelo mayorista las ha vuelto ciegas a las oportunidades en capas superiores.
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Las áreas de innovación interna fueron recortadas para pagar dividendos.
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Las telcos que no controlen su edge serán simples torres con facturas.
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El edge no espera a nadie: si no lideras, te lideran.
Conclusión clara:
Mientras las telcos presumen de “edge computing” en ferias,
el negocio ya se lo han comido otros.
Mucho edge en el PowerPoint,
y muy poco en la cuenta de resultados.