Después de más de 80 millones de kilómetros recorridos, los vehículos autónomos de Waymo tienen menos accidentes graves que cualquier humano al volante. Y lo más curioso: la mayoría de las veces, ni siquiera están en movimiento cuando otro coche los embiste.
Una tasa de accidentes ridículamente baja
Waymo, la filial de Alphabet que opera taxis autónomos en ciudades como San Francisco y Phoenix, ha reportado tan solo 60 accidentes serios desde 2020. Eso sí: en más de 50 millones de millas (unos 80 millones de kilómetros) de conducción sin conductor. Para ponerlo en perspectiva: si cualquier humano condujera esa distancia, lo más probable es que causara muchísimos más.
Y no, no se trata de accidentes “menores”. Hablamos de choques que activan airbags, provocan lesiones o terminan con partes del coche empotradas en el asfalto. Pero hay un patrón muy claro: el 90% de los incidentes graves no son culpa de Waymo, y en muchos casos, ni siquiera del coche autónomo, que simplemente estaba detenido en un semáforo.
Cuando el problema no es el robot, sino el humano
Entre julio de 2024 y febrero de 2025, Waymo reportó 38 accidentes graves. De ellos:
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16 fueron embestidas contra Waymos detenidos, incluyendo 10 alcances por detrás y 3 golpes laterales.
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8 fueron golpes por detrás mientras el coche circulaba a velocidad normal.
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5 fueron invasiones de carril ajenas.
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3 ocurrieron durante la bajada de pasajeros, cuando alguien abrió una puerta y otro vehículo o bici pasó demasiado cerca.
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Y 2 fueron incidentes extraños, donde en realidad ni siquiera hubo impacto físico claro.
En resumen, sólo uno de esos 38 casos fue culpa clara de Waymo (el coche empujó una caja de plástico a otro carril y un motorista acabó en el suelo). Y si asumimos lo peor y le adjudicamos tres casos más dudosos, Waymo seguiría sin tener responsabilidad en más del 85% de los accidentes graves.
¿Qué pasaría si tú hicieras esos mismos kilómetros?
Waymo ha hecho sus propios cálculos comparando sus datos con el promedio de accidentes humanos en las mismas ciudades. El resultado:
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83% menos accidentes con airbag.
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81% menos accidentes con heridos.
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90% menos reclamaciones por lesiones.
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88% menos reclamaciones por daños materiales.
Y todo esto sin contar que sus coches tienen que reportar cualquier incidente, incluso si estaban parados o si el culpable fue un ciclista borracho cruzando en rojo.
El problema no es la IA. Somos nosotros.
Hay quien todavía desconfía de los coches sin conductor, como si fueran un experimento peligroso en nuestras calles. Pero los datos están dejando claro lo contrario: los coches autónomos de Waymo no solo conducen mejor, sino que son víctimas recurrentes del caos humano al volante.
A medida que el servicio se expanda, habrá más accidentes, sí. Pero también más pruebas de que el problema no está en la tecnología, sino en nuestra forma de conducir. Y quizás, solo quizás, deberíamos dejar de ver a los robotaxis como una amenaza y empezar a verlos como los conductores sobrios, atentos y pacientes que nunca seremos.