Durante años nos vendieron el coche eléctrico como el salvador climático definitivo.
Cero emisiones, revolución limpia, futuro sostenible.
En 2025, la verdad es que muchos coches eléctricos son tan sucios como sus primos de combustión... solo que su mierda está mejor maquillada.
¿Qué hay detrás del discurso ecológico?
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Minería brutal: Cada batería de coche eléctrico necesita litio, cobalto, níquel y otros minerales raros que se extraen mediante procesos devastadores para el medio ambiente y las comunidades locales.
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Energía sucia: ¿Cargar tu Tesla en California? Genial. ¿Cargarlo en China o en Polonia? Estás metiendo electricidad proveniente de carbón.
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Manufactura hipercontaminante: La huella de carbono de producir un coche eléctrico es entre 1,5 y 2 veces mayor que la de uno de combustión.
¿Dónde están las mayores contradicciones?
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Cadena de suministro tóxica:
El 70% del cobalto mundial viene de la República Democrática del Congo, donde el trabajo infantil y los desastres medioambientales son la norma, no la excepción. -
Reciclaje inexistente:
En 2025, menos del 10% de las baterías de litio son recicladas efectivamente. El resto terminan en vertederos o simplemente se pierden. -
Autos eléctricos mastodónticos:
Las marcas premium venden SUVs eléctricos de dos toneladas que consumen más recursos y energía que un coche de gasolina de tamaño medio... pero te dicen que "salvas el planeta".
¿Qué sí se está haciendo bien (aunque muy poco)?
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Nuevas químicas de baterías: tecnologías como LFP (fosfato de hierro y litio) evitan parte del cobalto y manganeso, reduciendo el impacto social.
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Energía renovable para carga: en algunos países avanzados, ya hay redes específicas de carga alimentadas 100% con renovables.
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Desarrollo de materiales reciclables: algunas startups están creando baterías que son 80% reciclables desde diseño.
Pero: falta una adopción masiva y voluntad real para transformar el modelo.
Lo que nadie te cuenta sobre esto
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El coche eléctrico no reduce coches: solo reemplaza uno contaminante por otro "menos contaminante". El problema real —el exceso de coches individuales— sigue intacto.
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Colonialismo verde: Europa y EE.UU. externalizan la contaminación minera a África y América Latina mientras presumen de “descarbonización”.
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La verdadera revolución sería menos coches, no coches eléctricos: transporte público decente, urbanismo caminable y micromovilidad sostenible.
Lee también:
➔ El coche eléctrico es un fracaso (y lo sabemos desde hace años)
(Aprovechamos el debate encendido en X para seguir la conversación.)
Conclusión clara:
El coche eléctrico puede ser parte de la solución, sí. Pero vendido como la única respuesta mágica al cambio climático, es otro capítulo más del greenwashing corporativo. Y cuanto antes lo entendamos, mejor.