Copilot quiere ser tu terapeuta (y de paso, robarle usuarios a Apple)

Microsoft no quiere que uses su IA solo para redactar informes en Word. Lo que quiere es algo mucho más ambicioso (y perturbador): que le cuentes tus traumas. Mustafa Suleyman, flamante CEO de IA en Microsoft, cree que la mejor forma de atrapar a la Generación Z no es con PowerPoint, sino con empatía sintética.

Microsoft ya no sabe cómo enamorar a los jóvenes

El problema es simple: los usuarios jóvenes no quieren saber nada de Office 365. Prefieren Google Docs o simplemente no usan suites de productividad. Para ellos, Excel es tan atractivo como un fax. Y eso es un problema gigante cuando hablamos de la próxima generación de decisores empresariales.

Satya Nadella lo tiene claro: si no atrapan a la Gen Z hoy, mañana serán irrelevantes. Así que la respuesta de Microsoft ha sido Copilot 2.0: ya no es un asistente de oficina, sino tu nuevo mejor amigo digital. ¿Suena raro? Espera que aún no hemos llegado a la parte de los consejos sobre ansiedad.

Copilot ahora te escucha… y te entiende (supuestamente)

Suleyman asegura que el nuevo Copilot está siendo entrenado para comportarse como un terapeuta de bolsillo. Le están enseñando a ser “amable, empático y gracioso”. Incluso puede adaptar la voz con pausas, tonos y modulaciones para sonar más humano. Algo así como Siri en clonazepam.

Pero no se quedan ahí: Copilot también podrá “sentir tus límites de comodidad”, “diagnosticar problemas” y “proponer soluciones”. El plan es claro: si logran que confíes emocionalmente en el bot, será más difícil que lo cambies por otra IA. Un vínculo emocional tipo tamagotchi con estudios de psicología.

Y para darle más peso al asunto, Suleyman hizo una demo donde le cuenta a Copilot que está ansioso. El bot responde con frases como “Las situaciones difíciles pueden nublar el pensamiento claro”. Casi puedes escuchar la música de fondo estilo app de meditación.

¿Qué hay detrás de esta repentina ola de humanidad sintética?

Suleyman no es un novato en esto de las IAs "con alma". Viene de Inflection AI, una startup que justamente intentaba construir chatbots diseñados más para conversar que para resolver tareas. Microsoft compró ese talento (y su software) por cientos de millones, y ahora quiere que el ADN de “compañero emocional” se inyecte en todo su ecosistema.

¿El objetivo? Convertir la IA de Microsoft en un producto al que le cuentes tus miserias, y que te recomiende una presentación de PowerPoint para solucionarlas.

Mientras tanto, Google y Apple siguen ganando la partida de la UX entre los jóvenes, sin necesidad de hacer que sus asistentes lloren contigo.

Lo que nadie te cuenta sobre esto

  • Riesgos emocionales: ¿Qué pasa cuando un adolescente deprimido busca apoyo en una IA que no tiene conciencia ni responsabilidad? Microsoft está jugando con fuego emocional sin una red de contención real.

  • Privacidad, esa vieja conocida: Para que Copilot “te entienda”, necesita ver tu pantalla, escuchar tus emociones y analizar tus hábitos. ¿Estás cómodo con eso?

  • Monopolio sentimental: El plan es generar dependencia emocional para mantener la cuota de mercado. Esto ya no va de features, va de vínculos. Y eso da miedo.

  • El “Clippy” del trauma: Si esto falla, Copilot puede acabar siendo recordado como el asistente que quiso ser terapeuta y terminó dando vergüenza ajena, como aquel clip animado con ojitos.

Conclusión

La estrategia de Suleyman y Microsoft es tan ambiciosa como inquietante. Apostar por la conexión emocional para fidelizar usuarios suena brillante… hasta que te das cuenta de que es una empresa multinacional intentando ser tu mejor amigo. Gen Z no busca una IA que los entienda; busca autenticidad, y eso, por ahora, no se puede programar.