¿Te suena el típico perfil de LinkedIn que parece una mezcla entre gurú, mentor, keynote speaker y astronauta retirado? Tranquilo, no estás solo. Hay una nueva plaga digital y no son bots rusos ni anuncios de criptos: son los expertos en absolutamente todo.
En menos de 10 líneas, te venden innovación, liderazgo y propósito como si fueran cápsulas de magnesio. Pero si rascas un poco… todo se reduce a humo y hashtags bien combinados.
LinkedIn ya no es una red profesional: es un concurso de postureo corporativo
Basta un scroll rápido para comprobarlo:
frases vacías, términos grandilocuentes y una alarmante falta de contenido real. Parece que el objetivo no es compartir conocimiento, sino construir una marca personal a base de frases motivacionales recicladas.
Y por si fuera poco, ahora muchos usuarios se autoproclaman “expertos en IA” o “consultores de transformación digital” tras hacer un par de cursos en plataformas online. Ojo, que aprender está genial. Pero una cosa es aprender y otra creerse McKinsey con tres PDFs de Coursera.
Si todos son expertos, ¿quién queda para hacer el trabajo?
La economía del conocimiento se está transformando en una economía del postureo cognitivo. Y LinkedIn es el escaparate perfecto: todo el mundo quiere destacar, aunque no tenga nada que decir. Solo importa el "engagement".
El algoritmo lo alimenta todo... y lo revienta todo
El sistema premia lo viral, no lo valioso. Si un post con cuatro frases facilonas y un par de emojis consigue más interacción que un análisis serio, ¿qué incentivo real hay para aportar profundidad? Ninguno.
El resultado es un ecosistema de contenido insulso, repetitivo y que confunde visibilidad con credibilidad.
Lo hemos tratado ya en Kernel Reload, por ejemplo en artículos como "Tu hijo ya no tiene tribu, tiene Wi-Fi", o cuando desmontamos ciertos mitos en "El truco que Microsoft no quería que supieras".
La paradoja es que, en lugar de generar una comunidad profesional, LinkedIn se ha convertido en un TikTok con corbata.
Lo que nadie te cuenta sobre esto
Muchos de los que más hablan de “liderazgo”, “humanismo digital” o “transformación del talento”... jamás han liderado un equipo, trabajado en tech real o gestionado una transformación que no fuera un cambio de foto de perfil. Pero oye, suena bien.
¿Tú también tienes la sensación de que LinkedIn se está convirtiendo en el nuevo PowerPoint motivacional? ¿O soy yo que me he hecho mayor?