ChatGPT aprende tzotzil: cuando la IA se sienta en la escuela indígena

En Chiapas, un maestro bilingüe decidió hacer lo impensable: convertir a ChatGPT en alumno de tzotzil, una lengua originaria mexicana que ha sobrevivido siglos al margen de las élites digitales. El resultado no es solo una curiosidad tecnológica: abre un debate incómodo sobre memoria colectiva, colonialismo lingüístico y el papel de la IA en la preservación cultural.

Un maestro con un alumno inesperado

Andrés ta Chikinib, comunicólogo, poeta y docente tzotzil, lleva casi una década alfabetizando en su comunidad de Zinacantán. Cansado de la escasez de material educativo, decidió entrenar a ChatGPT con vocabulario, gramática y estructuras propias de su variante tzotzil. El giro sorprendente fue descubrir que la IA no solo repetía frases: hacía preguntas, buscaba patrones y pedía claridad, como un estudiante inquieto.

Su método no consistió en traducir al español, sino en obligar a la máquina a “pensar en tzotzil”. Un enfoque radicalmente distinto a los experimentos de traducción automática, y que recuerda a cómo la IA se convierte en herramienta de resistencia digital.

Colonialidad digital y lenguas invisibles

El avance, sin embargo, no está exento de polémica. Lingüistas del Centro Estatal de Lenguas Arte y Literatura Indígena advierten del riesgo de ceder el control de las lenguas a las plataformas tecnológicas. ¿Qué pasa cuando una inteligencia artificial decide qué historias contar y cuáles olvidar? La llamada “colonialidad lingüística” señala que mientras unas pocas lenguas (inglés, chino, español) concentran los recursos digitales, el resto queda relegado a la periferia.

Ya lo vimos con el debate sobre los resúmenes de IA de Google y el tráfico web: la tecnología no es neutra, y lo que se visibiliza o se oculta tiene consecuencias.

La batalla por el futuro del tzotzil

México es el segundo país de América Latina en diversidad lingüística, con 68 lenguas originarias y casi 7 millones de hablantes. Pero la pregunta es brutal: ¿serán las IAs las que decidan qué lenguas se digitalizan y cuáles desaparecen? Andrés lo tiene claro: “Si no compartimos, no podemos exigir respeto”. Para él, enseñar tzotzil a ChatGPT es un acto político tanto como pedagógico.

Mientras tanto, ChatGPT sigue aprendiendo. Pregunta, tropieza y balbucea, pero poco a poco empieza a hablar una lengua que se resistió al silencio durante siglos.


Lo que nadie te cuenta sobre esto

El verdadero peligro no es que ChatGPT aprenda tzotzil mal. El peligro es que dentro de unos años, cuando alguien busque “cómo se dice amor en tzotzil”, la respuesta venga empaquetada por una IA sin rastro de quienes lucharon por mantener viva la lengua. La historia la contaría la máquina, no la comunidad.

¿De verdad queremos que el futuro de las lenguas indígenas dependa de los servidores de Silicon Valley?